Por fin está publicado el cuarto disco de Sharon Jones & The Dapkings, I Learned the Hard Way, confirmando lo que ya muchos sabíamos, que ella es la indiscutible reina del soul. Vamos a dejarnos de productos de márketing más o menos aceptables, de intentos de subirse al carro, aquí, en este disco hay 13 joyas de soul. Esta vez Sharon ha abandonado su vertiente más funk y se ha centrado en dar una lección de cómo se pueden hacer enormes canciones basándose la mejor música negra de los 60 y que además suene creíble, arropada por una excelente banda y la producción de categoría (habitual en él) de Bosco Mann.
Podría buscar comparaciones con Otis Redding, Sam Cooke o la Stax, pero simplemente lo que diré es que aquí sí que hay soul. Y no importa que abunden los medios tiempos o las baladas. Es un album sencillamente imprescindible.
Más info en Daptone Records
6 comentarios:
Coincido con tu parecer: se trata de un maravilloso disco de soul. “Vamos a dejarnos…” efectivamente. Creo que ya ha llegado el momento de apartar los “intentos de subirse al carro”. Tras la curiosidad que puedan despertar algunos proyectos, más o menos comerciales y entusiastas, opto por seleccionar aquellos que, por su creatividad, me permiten no sólo recordar sino que también me ofrecen nuevas y originales razones para seguir los pasos de este género musical en constante evolución. Sharon Jones and the Dap-Kings es una de esas propuestas indispensables para los amantes de la música negra y en especial del soul con raíces sixties. Disponen de una excelente voz, magníficos arreglos, buenos instrumentistas y esa chispa propia que se consigue con buenas dosis de referencias pero también con empeño propio. Sus canciones aportan vitalidad a ese soul, el verdadero, el único, heredero de los sonidos Motown o la Stax. Y eso no es nada fácil. No basta con unos suspiros a tiempo de baile agarrado, ni me conformo con algunos “yeahs” más otros recurrentes “brothers and sisters”. No es suficiente tener una buena línea de bajo más o menos pulida y virtuosa. Es necesario algo más y no, no es fácil conseguirlo. En mi opinión, el soul basa todo su encanto en la melodía con un tempo propio que no necesita de los recursos del funk para conquistar las pistas de baile. El funk es una cosa y el soul otra. Personalmente me gusta más el soul y adoro las baladas y esos medios tiempos que logran estremecerte. El funk merece otros contenidos para ser explicado y aporta sólo esquemas rítmicos, con más o menos fortuna, al soul. Unas pinceladas que pueden llegar a ser interesantes pero que no consiguen entusiasmarme. No quiero decir con ello que el funk me disguste, no es eso. Por ejemplo Defunkt y su brutal, casi punk, visión de la música negra me encanta pero creo que el soul es muchísimo más. El soul es el alma de la música negra y el funk su pareja de baile, ni siempre la misma ni siquiera indispensable.
Un saludo
Àlex
Ditasea!!!!
Ayer no pude postear nada por estar en casa de baja y justo hoy, a punto de sacar la novedad, va y me la encuentro en tu blog!!!
Siempre por delante!! Ouch!
Totalmente de acuerdo con tu comentario, Álex. Y es mucho más fácil separa el grano de la paja cuando uno se encuentra con discos como este de Sharon Jones. Sin desmerecer al funk, que también tiene su indudable atractivo, en el soul está la esencia.
Albert, ya siento haberme aprovechado de tu baja, jeje, pero sin duda que un post tuyo sobre este trabajo de Sharon será de lo más interesante. Espero leerlo pronto. saludos.
Descuida.
Me lo tomaré con algo más de tiempo y lo curraré un poco más. Hoy me hacen una ecografía, a ver qué pasa.
A-
¡¡Ya es mío!!
Una diosa, una auténtica diosa.
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