Ajenos a modas, prohibiciones, tendencias o comercialidades, los granadinos Martin & The Julians siguen fieles a sus raíces revivaleras y a esa conciencia de una working class ahora domesticada a cambio de un televisor de pantalla plana y unas vacaciones de siete días al año en Punta Cana.
Margaret, Garland and Monk es su nuevo trabajo, aún pendiente de editar en vinilo y cd, que incluye seis temas (algunos se pueden escuchar en su web), seis canciones que hablan sobre el mundo feliz de ahora, ese que cada vez está más cercano al descrito por Aldous Huxley, pero con una llamada al imprescindible individualismo resumido en la portada del E.P. Luchando por permanecer fuera de las alambradas.
Pues sí, vuelve a ser un jodido lunes. Pero hoy es distinto, porque ya está disponible el segundo disco de Martín & The Julians, Es Lunes Al Fin. Editado por United for Utility, sólo cuesta 5€, una inmejorable inversión en estos tiempos de crisis (crisis para algunos, los de casi siempre siguen viviendo de puta madre). Y es que el album contiene un puñado de brillantes canciones, el espíritu del revival, un paseo por las calles de Croydon, o de cualquier otro barrio obrero. Herederos de la inmediatez sin sofisticaciones de los grupos surgidos a finales de los 70 y principios de los 80, Martín hace una apuesta por la renovación de unos sonidos a veces anclados en la rutina.
Todo un acierto la incorporación en este disco de una sección de viento, los Julians, que permiten a Martín redondear algunos temas realmente destacables, como el instrumental Afortunadamente no vivía en ese lugar, no interesa, una verdadera joya. A esto hay que sumarle el trabajado entorno estético del album, que también es importante, vaya que sí. Puede que no sean muy ortodoxos (aunque tampoco es fácil hablar de ortodoxia en una escena tan rica de sonidos) pero son un soplo de aire fresco en el panorama musical español.
A la espera de ver publicado su segundo album, Es lunes al Fin, Martin and The Julians inician una minigira que de momento les llevará a tocar en Madrid (1 de mayo, Fotomatón Bar), Utrera (2 de mayo, Bar Latino) y La Zubia (9 de mayo, Pub Zeppelin), conciertos en los que seguramente incluirán dentro del repertorio temas de su inminente disco. Un trabajo que se puede escuchar en su web y que transmite una originalidad y frescura a la que ya estamos poco acostumbrados. Mejor sonido que en su anterior album, La Vida en General, sección de viento, acercamientos al northern soul "a su manera", las letras pasan de la combatividad de las grandes causas a la lucha diaria, no menos meritoria, de los sentimientos. Pero no olvidan sus referencias, aquí está una versión del It ´s power in a union, de Billy Bragg, para demostrarlo.
El comienzo de su gira, en Madrid, no puede estar mejor elegido. El 1 de mayo, convertido en el día internacional de los trabajadores como homenaje a los obreros que a finales del siglo XIX fueron masacrados en Chicago defendiendo la jornada de ocho horas, Martin & The Julians, abanderados del romanticismo de la Working Class, de las causas perdidas, del espíritu mod de los suburbios de Londres, del anarquismo de la vida cotidiana, nos ofrecerán su particular tributo al revival.
Cuando (parte de) Martin eran the Dayfriends: The Dayfriends
Gracias a la entrevista que aparece en la fenomenal web Magic Pop, de visita obligada para todos los modernistas, he decidido prestar más atención a los granadinos Martín, que hasta ahora tenía algo olvidados. El dúo formado por Chema y Chilín publicaron el año pasado un sorprendente album, La Vida en General, con muy buenas canciones en una apuesta musical con una originalidad que se escapaba de lo que estamos habituados a escuchar y ahora están a punto de lanzar su segundo trabajo, Es Lunes Al Fin, que ya se puede escuchar en su web.
De Billy Bragg a Woodie Guthrie, pasando por Pete Seeger y el Paul Weller más intimista y combativo, mezclado con imágenes del Ken Loach de Lloviendo Piedras o Sweet Sixteen, Martín ofrece una banda sonora a las vidas cotidianas de los obreros de Manchester o Leeds, puede que también a las nuestras. Seguramente más mods que muchos que los que alardean de ello, Martín no olvida el origen trabajador de los chicos que, enfundados en sus parkas procedentes de los excedentes del ejército norteaméricano y subidos a sus scooters, un día decidieron crear su propio estilo de vida sin conformarse con el papel que la sociedad les tenía asignado.
En la entrevista que les hacen en Magic Pop dicen no considerarse mods, aunque comparten la esencia, la rebeldía, la estética, las influencias de los Jam, el northern soul, los Dexy´s... Independencia y acción es su lema. ¿Son mods o no?