Cuando uno tiene 16 o 17 años suele estar en el intento de crear su propia personalidad. Uno es inseguro, desconoce mucho de la vida y va buscando, cogiendo de aquí y de allá, haciéndose un sitio. En aquellos tiempos ya había encontrado a los beatles, que realmente eran los que más me gustaban, aunque también escuchaba, como casi toda la gente con la que paraba, a led zeppelin, deep purple, los rolling. De lo actual en esos años poco que rascar, el punk y la nueva ola arrasaban en Inglaterra pero aquí, de momento, poco nos enterábamos. ...No eran la panacea y las pintas de la mayoría de los grupos eran bastante espantosas, pero por lo menos eran algo más animados que los ladrillos que ponía mi hermana: king crimson, zappa, captain beefheart,... buff!!!.
Y entonces llegó uno de los colegas con un disco en el que aparecían cuatro tíos tumbados envueltos en una bandera inglesa. “¿Esos quienes son?”. “Los jú. Toma, grábatelo y me cuentas”. Y así que me fui a casa con el disco bajo el brazo. Esa misma noche lo puse, con los cascos bien colocados y el volumen a considerable potencia, tal y como hay que escuchar la música. Total, ¿acaso no estaba ya acostumbrado a deep purple?
La aguja se apoyó en el vinilo y sonaron los primeros acordes del my generación:. “people try to put us down..” La hostia. Me volví a poner la canción antes de seguir con el resto de temas del álbum. La rehostia. Ni grabación en cassette ni leches, hay que hacerse con el original.
A los pocos días volví a ver al amigo que me dejó el disco. Me dijo que eran mods y que estaban poniendo en el cine un documental con los temas que salían en el disco. Por supuesto allí fuimos y el impacto de los who fue todavía mayor. Las imágenes de los primeros conciertos eran grandiosas. Esa contundencia a la hora de tocar, Keith Moon aporreando la batería como si le fuera la vida en ello (quizás le iba), Pete haciendo el molinillo, distorsión increíble, un bajo como no había escuchado antes, una estética perfecta, actitud arrogante, para acabar con la destrucción de los instrumentos. Imagino ahora lo que sentirían los espectadores de alguno de sus conciertos en los 60.
“¿Y dices que son mods?” Esta frase me dio vueltas en la cabeza durante unos días.
Y entonces llegó uno de los colegas con un disco en el que aparecían cuatro tíos tumbados envueltos en una bandera inglesa. “¿Esos quienes son?”. “Los jú. Toma, grábatelo y me cuentas”. Y así que me fui a casa con el disco bajo el brazo. Esa misma noche lo puse, con los cascos bien colocados y el volumen a considerable potencia, tal y como hay que escuchar la música. Total, ¿acaso no estaba ya acostumbrado a deep purple?
La aguja se apoyó en el vinilo y sonaron los primeros acordes del my generación:. “people try to put us down..” La hostia. Me volví a poner la canción antes de seguir con el resto de temas del álbum. La rehostia. Ni grabación en cassette ni leches, hay que hacerse con el original.
A los pocos días volví a ver al amigo que me dejó el disco. Me dijo que eran mods y que estaban poniendo en el cine un documental con los temas que salían en el disco. Por supuesto allí fuimos y el impacto de los who fue todavía mayor. Las imágenes de los primeros conciertos eran grandiosas. Esa contundencia a la hora de tocar, Keith Moon aporreando la batería como si le fuera la vida en ello (quizás le iba), Pete haciendo el molinillo, distorsión increíble, un bajo como no había escuchado antes, una estética perfecta, actitud arrogante, para acabar con la destrucción de los instrumentos. Imagino ahora lo que sentirían los espectadores de alguno de sus conciertos en los 60.
“¿Y dices que son mods?” Esta frase me dio vueltas en la cabeza durante unos días.
Como dijo Noel Gallagher (Oasis) "sí el solo de bajo de my generation fueran palabras, sería lo que querría que escribieran en mi lápida" Amén
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